lunes, 11 de noviembre de 2013

¿Dónde está la educación? (II)

¿Cuál es la responsabilidad educativa de los docentes y las familias?



Muchísimos autores destacan la importancia de que la educación e instrucción sean procesos de colaboración entre la escuela y las familias y además señalan gran cantidad de efectos positivos sobre los niños/as, los padres y madres, los/las profesores/as, el centro escolar y sobre todo para la comunidad en general.

Cambios en la familia

La familia ha pasado de ser patriarcal o matriarcal formados por abuelos, matrimonios, tíos/as, hijos, nietos y donde la mujer no trabajaba si no era la encargada del hogar, la educación y cuidado de los hijo/as y los padres eran los que trabajaban y enseñaban la profesión a sus hijos; a una familia totalmente industrializada, que vive en la ciudad y compuesta por un matrimonio o parejas ya sea del mismo sexo o diferentes sexos, con menos hijos,  con la mujer trabajando fuera de casa y algo importante es la escuela la encargada de la educación de los niños/as junto con la educación dada en casa por los padres.

Cambios en la escuela

Ha pasado de ser una institución que se encargaba de proporcionar un contexto social más amplio a la vez que trasmitía las pautas culturales propias del entorno social del niño/a; a una escuela que se le pide que adquiera mas roles y donde la educación es obligatoria para todos hasta los dieciséis años.

Cambios de perspectiva

Pero a pesar de todos estos cambios sociales las familias sigue siendo un núcleo de personas en el que se dan relaciones, se comparten vivencias e interacciones personales.  

A principios del siglo XX empezaron a cambiar las cosas: nuevos patrones de relaciones entre familia y escuela totalmente alejadas. Y es que la labor del maestro, enseñanza de materias y métodos usados, se alejaba totalmente de las experiencias de los padres y madres, que no tenían ni voz ni voto en la escuela y en la enseñanza de sus hijos. Y por tanto empezó a separarse las responsabilidades de la escuela y la familia. Esta perspectiva ha ido desapareciendo en estos últimos años por la idea de que las responsabilidades son compartidas.

Poco a poco se ha podido apreciar la necesidad de las familias, la educación y los propios alumnos de compartir las responsabilidades y que sean deberes tanto de los padres y las madres como del centro y todos sus profesores, dando lugar de esta manera a que sea una tarea más fructífera y eficaz así como más fácil de llevar a cabo y cuyos resultados sean mejores.

Y bueno ahora es menos común ver que las familias dejen en mano de la escuela la educación de sus hijos, como ocurría hasta hace poco y cada vez más familias se sienten participes y con el deber de integrarse en la educación y la escuela de sus hijo/as. 

Por tanto es evidente que la educación de los niños/as de la sociedad debe ser responsabilidad compartida entre los padres y madres y los profesionales y se debe evitar antagonismos o discrepancias entre ambos para ello se puede usar la comunicación como forma de solucionar diferencias de ideas o pensamientos y apoyarse en los proyectos que se desarrollen y las tomas de decisiones. Con todo esto se demuestra que si un docente quiere educar debe contar con los padres.

Y parece ser que esta cooperación de los padres en la educación favorece a la autoestima de los alumnos, un mejor rendimiento escolar, mejores relaciones padres- hijos y profesores- alumnos y más actitudes positivas de los padres hacia la escuela.


1 comentario:

  1. La necesidad de que los padres actúen en la educación de los hijos es evidente, ya que sin duda son el principal foco educativo para sus hijos, son las personas con las que más tiempo se comparte, y las que más cosas pueden enseñarnos. Por ello es muy importante que además de la escuela que sin duda siempre tendrá ciertos valores en los que educarnos, sean nuestros familiares quienes se encarguen en primera instancia de la educación, ya que ¿quien mejor para dar un consejo que un padre o una madre?

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